Peces del aire altísimo tiene como principal propuesta la idea de que la poesía, como pulsión vital y vocación última de una vida, no se constriñe exclusivamente a los textos de quienes la construyen con su incesante trabajo. Al contrario, esta inclinación por la construcción de nuevos pasillos y habitaciones del hogar nuestro que es el lenguaje, se extiende en la vida cotidiana de todo poeta. Gilberto Owen, Carlos Pellicer, Luis Cernuda, Rubén Bonifaz Núño, Alí Chumacero y Efraín Huerta, son algunos de los poetas cuya vida y obra son hilvanadas por Vicente Quirarte en este libro, para dar cuenta de que las elecciones cotidianas, las propias costumbres y obsesiones del poeta, así como sus vicios y bondades, no son sólo consecuencia inexorable de su personalidad, sino extensiones mismas de su obra literaria; ampliaciones de los mundos prodigiosos que con su pluma construyeron. Gracias a la erudición del lector comprometido y apasionado, pero también con la cercanía e intimidad del amigo, Quirarte ofrece miríficos retratos de personajes cuyas palabras han encontrado ya su lugar como cúspides de las letras mexicanas.