Las colecciones del Met tienen un fascinante alcance temporal y geográfico y son sumamente diversas en cuanto a técnica, autoría y propósito. Esclarecer los sorprendentes descubrimientos hechos en campos medulares es, además de un gran privilegio, una actividad sumamente satisfactoria en nuestro trabajo museístico. Notable ejemplo de ello es que resguarda casi dos mil grabados mexicanos que abarcan de mediados del siglo a mediados del siglo. Esta colección en particular no fue reunida por generaciones de académicos y donantes, sino que se formó gracias a la iniciativa de Jean Charlot, pintor nacido en Francia que vivió y trabajó en México y Nueva York a principios del siglo. La mayoría de los grabados mexicanos del Met llegaron directamente de los artistas e impresores con los que Charlot tenía estrechas relaciones laborales y personales.