Lector cuidadoso de Melville, Stevenson, Conrad y London, Luis Tovar nos entrega ahora este breve y deleitable diccionario donde el mar incesante, como bien observaba Valéry, recomienza siempre. Dos palabras se me vienen al leer las múltiples deficiniciones que hay en este diccionario sobre el mar o que se realacionan con el mar: Humor y poesía. En el libro, Tovar juega con los dobles o triples sentidos, propone pasatiempos intelectuales o crea metáforas que a su vez crean una nueva realidad. A menudo, en el doble plano de las definiciones, no excluye una reprobación despresiativa o desencantada del hombre. Con la lectura de este pequeño libro el lector tiene asegurada una hora de alegre navegación. El timón del barco, para la tranquilidad de la tripulación y los pasajeros, lo lleva alguie que ama con desusual fervor el mar.