Un jardín recorrido, soñado, diseñado, y sobre todo visto: en algún lugar, en alguna fotografía, en la propia cabeza, y una relación anómala con la lengua, la de una geómetra que a ratos se reengancha a cierto cauce melódico lo mismo que recela y opera sobre ella como quien, mediante paréntesis, agrupa y despeja incógnitas. Y, cuando no se logra, volver a empezar.
Anne Parian experimenta, escribe, graba, fotografía y hace libros, si es posible, diferentes cada vez. Joseph Mouton se refirió a ella como una artista sin medio.