El poeta, más allá de su timidez o su prudencia, de su pudor, suele ser bastante confesional e intimista. Su lirismo consiste justo en eso, en la desnudez de sus sentimientos, de su alma dirían algunos. Vida y obra conforman un mismo sistema de símbolos y valores que pueden alcanzar en el poema, también ciertas piezas narrativas, figuraciones y abstracciones aparentemente alejadas del autor. No obstante la famosa respuesta: "Soy Yo" de Gustave Flaubert ante la famosa pregunta de ¿quién es Madame Bovary? Nos aclara cualquier duda acerca de los vínculos orgánicos que existen entre el escritor y sus personajes. El yo del poeta resuena aún con mayor claridad. Es un yo absoluto, un espejo de agua donde todas las imágenes representan su universo, es el espejo y también la negación de éste.
Por eso cuando un poeta entrevista a otro poeta hay un juego de reflejos versados y versátiles. Los versos son conversos en la conversación. Hay un diálogo de búsqueda llanera en las inmediaciones de una selva vivenclal y reflexiva, bullente de deseos. No es lo que el poeta entrevistado desea narrar o conceptualizar sino lo que anhela descubrir, o inventar, como propone ser evocado. Horacio Salas, argentino, porteño, tanguero, periodista, exiliado, funcionarlo de gobierno, actualmente director de la Biblioteca Nacional de Buenos Aires, soñador sistemático entrevistador de cepa confiesa a su cómplice e Interrogador, Esteban Ascencio, que ante sus diversas personalidades y quehaceres él sólo reconoce en cada uno de sus actos la naturaleza del poeta.
Poesía y Tango es una aproximación fragmentada, a través de la conversación, con el escritor Horacio Salas. La oralidad teje estampas, perfiles, situaciones, episodios, fulguraciones de una vida que sugiere un fondo musical mientras extrae de un baúl sus pertenencias. Esteban Ascencio recrea también en su escritura las facetas de un hombre que, a su vez, confiesa, redacta ya la biografía del poeta. Este libro bien pudiera ser un adelanto.
