El lector se engaña si confía en las primeras definiciones: la Caja que está en sus manos ni tiene tapa, ni sirve para guardar algo. Los textos de este libro no son los objetos que podrían encontrarse dentro de una caja, sino la caja misma; el espacio que algún día, como por descuido, podrá ser llenado por una buena fábula sobre la vida.