Un libro anómalo, digresivo, fundado en la complejidad y la constante traición de las expectativas. Su sospecha sobre la solvencia de la trama es radical. Por eso me interesa. (La solvencia, ya se sabe, es el término cumbre del sistema financiero.) Es inútil hablar de anécdota o argumento en el caso de Wolfson. La historia está y no está. Es decir, está pero como si no estuviera. Todo en sus narraciones, como en los tribunales de Kafka, es antesala, desviación, repliegue, como si su finalidad formal fuera no avanzar o traducir nuestra condición delirante y absurda. En cierto sentido el libro llegó a su editorial idónea, donde publicamos con la lentitud de los anélidos. Después de una larga espera, Be y Pies (con su hermosa y enigmática portada) estará circulando en un par de semanas.