El foco del libro legitima una concepción crítica y poética de la psicoterapia como alternativa a los enfoques puramente técnicoracionales que se han vuelto hegemónicos. Una práctica crítica de la psicoterapia permite distanciarse de las identidades sociales cotidianas a través de las cuales lo social se encarna en lo psíquico y lo sujeta a guiones estereotipados, incluidos aquellos ligados a nuestros modelos terapéuticos. La dimensión poética puede emerger así como eventos singulares de los que ciertas palabras que permanecen dan testimonio, abriendo mundos que aparecen como alternativas frente a la hegemonía de estereotipos que congelan lo que es único e irrepetible en lo humano.
Viñetas clínicas y elaboraciones teóricas se entrelazan para desarrollar una concepción de la psicoterapia como una aventura poética y de crítica social donde el lenguaje como un regazo a habitar se vuelve protagónico. Trascendiendo la domesticación de nuestras identidades constituidas y estabilizadas, y la abstracción del sujeto filosófico, la dimensión poética abreva en una sensibilidad cotidiana para generar eventos en torno a los cuales se hace presente, en la psicoterapia, una comunidad en ciernes. La posición critico-poética no es una empresa hermenéutica o educativa estabilizadora, sino una invitación a la discontinuidad siempre abierta como una promesa de palabras que la continuaran en una aventura de sentido.