Para Don Paterson el aforismo no es la manía de hablar profundamente sobre asuntos triviales, esa confusión de la grandeza del pensamiento con la grandilocuencia o con la elegancia retórica que a veces se encuentra en autores más bondadosos, menos filosos que el aforista escocés. Y aunque en El ojo y las sombras también encontramos la agudeza cortante común del género aforístico, con frecuencia se habla de sí mismo y, por ello, la invectiva no se acerca a la mera acusación grosera o arrogante del que apunta su enojo o su resentimiento contra la otredad...