La noche goza de merecida fama como uno de los textos seminales y más representativos de García Ponce. Las tres historias que lo componen –incluidas en antologías, adaptadas al cine– son asedios a lo cotidiano, a sus revelaciones de horror y de belleza, su perversidad y su pureza. Aquí, García Ponce suscita esa “aparición de lo invisible, mediante los signos que son nuestros actos, nuestros gestos, nuestras miradas, sean deliberados o lanzados al azar.