En este texto El lava platos, El minero, El vendedor de puerta en puerta, El globero y otros oficiantes, encuentran su parte de melancolía.
El autor ha ejercido algunos de estos oficios, lo que le permite dar su testimonio, y los oficios que no ha practicado los imagina en su tristeza, lo cual vuelve este libro un trabajo de empatía con el otro, con nosotros.