James es un libro fascinante, una reescritura de Las aventuras de Huckleberry Finn de Mark Twain desde el punto de vista de Jim, el esclavo. Con una inteligencia sobrecogedora Percival Everett es capaz de demoler las absurdas barreras del racismo. Sentimos la igualdad natural en esta aventura y entendemos que el robo del lenguaje es fundamental en cualquier tipo de esclavitud. En ese sentido, James resuena en nuestro presente. James es el nombre de la dignidad. El esclavo ha visitado de forma clandestina la biblioteca de su amo y ha aprendido a leer y escribir. Entonces, se entera de que lo han vendido y que lo van a separar de su mujer y su hija. Decide escaparse. En esa aventura trepidante lo acompaña Huck. Los dos se convierten en una pareja de personajes que se necesitan mutuamente no solo para sobrevivir, también para conocerse y mantener cierta humanidad. El lenguaje es fundamental en este libro de lectura trepidante construido casi enteramente a través del diálogo.