Esta obra aborda las múltiples consideraciones conceptuales y metodológicas que se tradujeron en el tratamiento de los pueblos originarios por parte de investigadores afincados en Estados Unidos y Canadá, entre los años cuarenta y setenta del siglo XX. La selección trata en lo principal de textos publicados en la revista América Indígena, órgano de difusión del Instituto Indigenista Interamericano.
Desde el sentido común, se ha consensado que el indigenismo es una corriente (y en su momento, considerado movimiento) propia de los países latinoamericanos y en específico de México. Si bien esto tiene cierto grado de certeza, también es verdad que omite las influencias de Estados Unidos y Canadá. El principal aporte de esta investigación se concentra en mostrar aquellas contribuciones norteamericanas, en su sentido político y cultural, vertidas en el indigenismo.
El general Lázaro Cárdenas del Río (1934-1940) convocó en abril de 1940, al Primer Congreso Indigenista Interamericano en Pátzcuaro, Michoacán, México. El Congreso concitó a intelectuales y representantes de los países con población étnica originaria interesados en el así llamado «problema indio». Un producto del Congreso fue la creación formal, en 1941, del Instituto Indigenista Interamericano (III). Sus orígenes coinciden con el ingreso de los Estados Unidos más algunos países latinoamericanos aliados a la Segunda Guerra Mundial.
En términos de propaganda, el clima de disputa ideológica a nivel mundial era álgido: comunismo, nacionalsocialismo y fascismo contra la hegemonía de la democracia y la libertad occidental, eran los comunes denominadores de la época. En este sentido, los pueblos originarios de las Américas eran posible coto de caza de las ideologías en disputa, poniendo en riesgo la hegemonía estadounidense. Por ello, y siguiendo el New Deal de Franklin Delano Roosevelt, los gobiernos debían articular políticas de modernización respecto a su población originaria. En este sentido, el III se convierte en un instrumento de inventario, estudio y consulta para la implementación de políticas públicas soportadas en la antropología y con énfasis en proyectos educativos, sanitarios, así como de tecnificación agropecuaria.
Estados Unidos y Canadá proporcionaron el instrumental teórico-tecnológico «científico» para intervenir en las situaciones interétnicas —dentro y fuera de sus fronteras—. Uno de los propósitos de este arsenal teórico-práctico es el hacer participar en el conjunto nacional a sociedades que no están presentes de manera activa —los pueblos originarios—, lo que implica su asimilación, integración e incorporación a la sociedad mayor.
Este es un libro que aclara muchas de las transformaciones que han sufrido, en muchos casos para mal, los pueblos originarios desde mediados del siglo XX.