En una interesante y muy sugerente revisión del papel del actor en la sociedad desde la época renacentista —en la que el teatro tenía el predominio como espectáculo de entretenimiento— hasta nuestros días, Juan Carlos Gené concluye que ´la figura del actor, insignificante en su humanidad ante los megafenómenos de la comunicación contemporánea, constituye en sí misma una forma de resistencia, que sigue reclamando y afirmando la medida humana´.áÉste es el tercer y último ensayo de la tríada de este autor que hemos publicado en nuestra colección, en la que han aparecido: I. El actor en su historia y II. El actor en su creación, como dos momentos previos del estudio de Gené sobre la historia, la naturaleza y las condiciones del quehacer actoral.