“Cuando los hombres te pregunten a qué país pertenecen, díles que no eres ni de este ni de aquel país, pues, en verdad, es tan sólo el pobre cuerpo el que nació en un lugar de la tierra. Mas tú, oh, Hijo de la Luz, perteneces a la hermandad que abarca los cielos y allende, y del Padre Celestial descendieron las simientes no sólo de tu padre y de tu abuelo, sino de todos los seres que son engendrados en la tierra. En verdad eres Hijo de Dios, y todos los demás hombres tus hermanos.”