Mi querido amigo y editor Esteban Ascencio:
En septiembre de 2016, publicaste en Laberinto Ediciones el que yo creí que sería mi libro final de poesía: El último strike (número 4 de la colección Poetas Latinoamericanos), y en la cuarta de forros escribí lo siguiente: “Si, por fatalidad, desidia o impotencia, ya no escribiese jamás otro libro de poesía, sería muy grato ponerles punto final a mis poemas con El último strike. De todos mis libros de poesía, éste es el más satisfactorio, el más entrañable, el menos literario, el más sincero, aunque sé de antemano que esto último suele ser muy poco importante para los lectores”. Y ahora resulta que, casi ocho años después de El último strike, Laberinto y tú en especial acogen mi librito Epitafios para inaugurar la colección Íntimos, y yo sigo diciendo que es el último de mi autoría, pero ahora agrego un “quizá”. Queda claro que la poesía lo abandona a uno cuando se le da la gana. Si ella así lo quiere, Epitafios será la “última carcajada de la cumbancha”. De otro modo, sale sobrando lo que digamos… o no.