Eduardo Milán se cuida del "lírico". El lírico busca sus temas y motivos en "lo poético", topos seguro al que regresar y en el que reconocerse, es conservador. el lírico dice "es lo que hay". No insiste, repite. Por el contrario, la poesía de Eduardo Milán nos invita a "desaprender lo posible". Cuando Foucault dice que "lo que está en juego es la vida" y la política es una biopolítica, habla de esa posibilidad. De volver a decir, de insistir. Si la poesía es crisis y la escritura es vida, entonces Milán desarrolla una biopoética. Una poesía ante la muda vida, en términos de Giorgio Agamben. Una poesía ante el campo como matriz política donde "todo es posible". Poesía escrita en "estado de azar" ante, y en, "estado de zozorba". Poemas escritos escuchando las noticias, leyendo la prensa, en el mundo, pero poemas que son "noticias que siempre serán noticia" (decía Pound). Ante el desastre, poemas de la memoria, del eros, del ausente, en crisis. Escritos ante las ruinas, ante la nuda vida. Sacados de los escombros, sacados del campo.
Juan Soros