David Huerta cree en el talante subversivo de la gente que lee libros. La certeza de que hay algo revolucionario en la relación del lector con la página escrita anima esta colección de ensayos y reseñas, publicados entre 2001 y 2008 en el suplemento Hoja por Hoja, ejemplos nítidos de cómo se pueden colocar las obras del ayer en la coyuntura presente o de qué debe hacerse para convertir un párrafo aislado, un verso huérfano, en la clave para entender un fragmento de la realidad. Con ingenio y tino, estos mensajes desde otro mundo son una cariñosa invitación para releer a Shakespeare, Whitman, Quevedo, Gorostiza, Rulfo, Lezama Lima y García Márquez, entre muchos otros, y para revalorar los cómics, los diccionarios, la crítica autoexigente, la traducción. Como ha expresado Huerta respecto de un colega admirado, “las lecciones de un libro son o pueden ser, al mismo tiempo, la materia de una enseñanza y el objeto de una travesía literaria: el lector se convierte en alumno, la lectura se transforma en iluminación intelectual”. Asómate a este volumen para comprobarlo por ti mismo.