El Primer Tribunal Inquisitorial para juzgar delitos contra la Fe nació en el Siglo XIII en el año 1220 a petición del emperador alemán Federico II, quien utilizó el tribunal eclesiástico contra sus enemigos.
Conviene mencionar que los primeros teólogos cristianos de la talla de Tertuliano, San Ambrosio de Millán o San Martín de Tours sosotuvieron que la fe cristiana y la violencia eran incompatibles.
Los primeros tribunales se formaron en 1242, y ya desde entonces la iglesia admitió el uso de la tortura a través de la llamada Santa Inquisición para conseguir la confesión.
En Tribunal Inquisitorial funcionó en: España, Francia e Inglaterra. El tribunal condenó a Juana de Arco en Francia y a Giordano Bruno, a Galileo Galilei en Italia. Incluso el protestantismo de Martín Lutero se hizo determinante en las "Quemas de brujas" que se realizaron tanto en Inglaterra como en los Estados Unidos.