La voz de la ciudad, las voces que recorren sus callejones y esquinas, nos brindan un rosario de relatos que cruzan la barrera de los tiempos para instalarse en la parte más íntima de nuestra memoria. Narraciones que parecen provenir del vasto camposanto en el que reposan los que alguna vez fueron -y siguen siendo- protagonistas de nuestra historia viva.