Se supone que Alicia está leyendo un libro, sentada a la orilla de un río junto a su hermana, cuando de pronto ve a un conejo blanco vestido con chaleco corriendo con prisa; inteligentemente decide seguirlo por su madriguera y de pronto cae en un abismo interminable. Tras un rato, cae al suelo y bebe de una botella y comienza a encogerse muchísimo, después ve un pastel y al comerlo la hace crecer, y así varias veces. Una vez entra a un jardín que había por allí, se encuentra con un mundo bizarro en el que los animales hablan, donde un loco se peleó con el tiempo y éste lo castigó a vivir eternamente la hora del té, una oruga que fuma de una pipa, un gato sonriente que aparece y desaparece, una reina berrinchuda que dirige un ejército de cartas y quiere cortarle la cabeza a todos. Vaya, un país de las maravillas.