Alicia en el País de las Maravillas ha sido siempre una obra polémica, porque para algunos es un relato de aventuras absurdas y para otros una obra maestra, ya que sus críticas han sido perversas y halagadoras.
Esta obra literaria está llena de bromas, juegos de palabras, juegos matemáticos, canciones populares inglesas, humor y lógica confusa, se piensa que es más que una obra infantil. Su autor pretendió hacer una crítica sutil al puritanismo de la educación en la época victoriana (1837-1901), porque los niños eran educados con reglas de comportamientos, modales muy rígidos y se les permitían muy pocos errores, así como burlarse de la hora del té con el sombrerero loco, de la loca reina de corazones y del preocupado conejo, e intentando sumergir la mente adulta en el mundo de la fantasía infantil, porque para Lewis Carroll el último y definitivo sueño de la niñez es el enfrentarse al mundo de los adultos, no para verlo desde fuera, sino para ingresar en él.