Teatro escogido de Luis de Tavira se aleja de las temáticas comunes y se vuelca en una pasión que - a la manera de la Retórica de Aristóteles - recurre al "uso de los sentimientos humanos para afectar el juicio de un jurado o la búsqueda de transmitir a la audiencia un sentimiento que la conmueva". Las piezas aquí reunidas -La pasión de Pentesilea, La conspiración de la Cucaña, La séptima morada, Ventajas de la epiqueya, Otra Dama Boba, El director de teatro y Citerea- seleccionadas por el propio autor y prologadas por José Ramón Enríquez dan cuenta de la notable imaginación plástica, la visión muy peculiar del drama, el sentido de ritmo, tono y composición, así como de los recursos y la mecánica teatral de aquel que empezó "a hacer teatro sin saber que lo que hacía era teatro".