August Strindberg es uno de los dramaturgos más importantes de la historia y el responsable principal de la renovación del teatro moderno y la literatura sueca. En torno a él y su atormentada existencia se han escrito todo tipo de teorías para explicar si estaba aquejado de psicosis, si era misógino, hipersensible, homosexual o si, sencillamente, hizo de sus dramas la mayor construcción autobiográfica (falsa) del siglo XIX.