Anna Ajmátova (1889-1966) ha iluminado la poesía del siglo XX con su canto de dolor trascendido, vertido en una lengua sobria y diáfana. Celebrada y reconocida desde la publicación de sus primeros libros, sobreviviente de circunstancias terribles, silenciada por las autoridades de su país, reivindicada más tarde, dirá en un poema: "estoy cansada de resucitar, y morir, y vivir". Fue retratada por Amadeo Modigliani en su juventud, y visitada en 1946 por Isaiah Berlin, con quien, según palabras de la poetisa, conseguiría "agitar el siglo XX".