La mente avanzada es mucho más que un cerebro encerrado en un cráneo: constantemente, participa de la realidad e incluso contribuye a crearla. Pero, como víctimas que se identifican con su torturador, las personas creemos que somos nuestra mente racional y nos convertimos en sus prisioneros. Así, tomamos muy en serio sus fábulas y sus roles, perpetuando nuestra frustración y vulnerabilidad hasta agotar nuestra energía. La alternativa —afirma Tarthang Tulku, uno de los más grandes maestros tibetanos en Occidente— es comprender la maravillosa profundidad de la mente y sus ramificaciones.
A través de las reveladoras enseñanzas de la psicología budista del linaje Nyingma, descubriremos que nada es totalmente nuestro: ni los pensamientos ni los sueños ni la noción de quiénes somos. Desprovistos de toda certeza, podremos adentrarnos en el eficaz mapa de la mente diseñado por Rimpoché, capaz de conducirla hacia una paz duradera y de permitirle abandonar sus automatismos. El futuro de la humanidad pasa por descubrir y habitar este nuevo modelo integral de la mente para alcanzar nuevas cotas del inagotable potencial humano.