Artemio González es oriundo de San Gil Mackenroy, en el estado de Tonalato, tiene 22 años y se encuentra a punto de sufrir algunas penas de amor, además de que, de la noche a la mañana y de la provincia a la capital, descubrirá el sino de su evasiva sexualidad.
En esta segunda novela, Ana García Bergua nos sorprende con un importante viraje en su narrativa y explora los encantos de la frivolidad, más allá del umbral de la fantasía y a lo largo de las calles de una realidad traslúcida, con una voz poseedora de un sentido del humor incisivo y refrescante.