«Recojo en este volumen tres historias que escribí en la década de los cincuenta a los sesenta y que tienen en común el hecho de ser inverosímiles y de ocurrir en épocas remotas y en países imaginarios. Dadas estas características comunes, y a pesar de otras características no homogéneas, se piensa que constituyen lo que se suele llamar un “ciclo”, mejor dicho, un “ciclo cerrado” (es decir, acabado, en cuanto no tengo intención de escribir otras). Es una buena ocasión que se me presenta para volverlas a leer e intentar responder a preguntas que hasta ahora había eludido cada vez que me las había planteado: ¿por qué he escrito estas historias? ¿qué quería decir? ¿qué he dicho en realidad? ¿qué sentido tiene este tipo de narrativa en el marco de la literatura actual? [...] He querido hacer una trilogía de experiencias sobre cómo realizarse en cuanto seres humanos: en El caballero inexistente la conquista del ser, en El vizconde demediado la aspiración a sentirse completo por encima de las mutilaciones impuestas por la sociedad, en El barón rampante un camino hacia una plenitud no individualista alcanzable a través de la fidelidad a una autodeterminación individual: tres grados de acercamiento a la libertad. Y al mismo tiempo he querido que fueran tres historias “abiertas”, como suele decirse, que, sobre todo, se tengan de pie como historias, por la lógica del sucederse de sus imágenes, pero que comiencen su verdadera vida en el imprevisible juego de preguntas y respuestas suscitadas en el lector. Quisiera que pudieran ser vistas como un árbol genealógico de los antepasados del hombre contemporáneo, en el que cada rostro oculta algún rasgo de las personas que están a nuestro alrededor, de vosotros, de mí mismo.»