MARTINEZ QUINTAL, FERNANDO DEL JESUS
Nadie puede llamarse poeta, aunque escriba cientos de poemas, si estos se quedan guardados en la gaveta del escritorio. Poeta es aquel que escribe y lo pone a consideración de su comunidad, que en realidad es la humanidad toda, pues la aspiración del escritor es que lo lea la mayor cantidad de personas, del presente y del futuro. Pero entonces: ¿cuándo sabemos que estamos ante un verdadero poeta? Lo primero es reconocerse y asumirse como tal. Este hecho implica una gran responsabilidad que no todos son capaces de asumir. Con El lenguaje de las flores, Fernando del Jesús Martínez Quintal se reconoce y se asume como un verdadero poeta y pone a consideración del mundo un nuevo manojo de poemas, que deambulan entre el verso libre y el poema en prosa, con intensidad inusual, con una tierna rabia, con amorosa desesperación por expresar, conmover y provocar al lector. En cada uno de sus poemas Fernando del Jesús parece jugarse el todo por el todo, como si fuera la última oportunidad que le diera la poesía para expresar sus emociones, sus obsesiones, sus deseos, sus malestar y su perplejidad ante el mundo que la tocado atestiguar, sufrir y vivir. Susan Sontag escribió a los 15 años: ?La poesía debe ser: exacta, intensa, concreta, significativa, rítmica, formal, compleja?. Son estos atributos que nuestro autor se ha empeñado en cumplir. Cada poema encierra la consigna de explotar y mostrarnos una visión única e íntima, pero al mismo tiempo universal, sobre su realidad, sobre el amor, la soledad, la belleza y la utopía: ?Amaré de nuevo la flor que nazca del odio y la contradicción. Aceptaré la belleza como verdad. Y sin entender engendraré un nuevo len¬guaje desde mi corazón. Amaré entonces el silen¬cio que fue dotado a las bestias que no pertenecen a ninguna tierra, errante fui?, nos dice Fernando del Jesús en uno de los poemas finales de este libro. La lectura de este poemario es una invitación a adentrarse en la mente y el corazón de un poeta que se ha desvivido por hacer llegar sus letras a las personas sensibles que, como él, se han embarcado en la delirante misión de descifrar el lenguaje de las flores, el lenguaje de la poesía.
Guillermo Vega Zaragoza