"Camina cautelosa sobre la arena húmeda, la espuma de mar alcanza la orilla de la playa, se disuelve sin dejar rastro.Avanza reconociendo el terreno, inhala y exhala impasible, ajena al mundo.Distiende el cuerpo a sus anchas: el mar es un lecho acogedor, las olas lo arropan como solía arroparla Felipe.Sabe que no está a su lado porque dormita en otra cama: remota y distante cama de cotidianas traiciones.En este otro lecho forjado de vaivenes, Sara se arrulla ahora y duerme al abrigo de sábanas de espuma, cadenciosas sábanas que la cubrenj poco a poco ..."