Los hechos del 11 de septiembre de 2001 marcaron la futura agenda y los ritmos de la política internacional. Y si gran parte del mundo se detuvo aquel día frente a la pantalla de los televisores, luego se echó a andar, pero de un modo distinto. En ese sentido, este libro es esclarecedor. Aquí se analizan los motivos de los autores del atentado, la propaganda oficial, el uso y naturaleza de la palabra terrorismo, el nivel de información del público de Estados Unidos y la conducta de la prensa independiente.