No tenemos tiempo; nunca como ahora la productividad había dominado cada aspecto de la vida. Nuestras experiencias personales se apropian como bienes extractivos de la industria de datos. El arte crítico hoy aún permite imaginar un tiempo que no pueda ser apropiado por el relato del progreso y el aprovechamiento del tiempo, que posponga la utilidad y recupere la experiencia de la disponibilidad y contingencia de la duración. A través del análisis de piezas contemporáneas basadas en el tiempo (cine, teatro y videoinstalación), este libro explora distintas formas en las que el arte es capaz de hacer tiempo, de interrumpir, retardar y suspender con su crítica los flujos productivos y así volcar al espectador hacia la posibilidad de acción. El texto extiende las propuestas de W. Benjamín sobre la crítica y las de B. Brecht sobre la didáctica, el distanciamiento y la épica, para situar estrategias donde el arte contemporáneo incide sobre la construcción del tiempo en lo político.