La presente antología muestra la tesis fundamental de la Filosofía de la Liberación como un pensar que surge de un locus enuntiationis (lugar de enunciación) situado en la exterioridad, en la periferia geopolítica, cultural, económica, política, militar, del Sur global, con una activa posición en el vivir en un mundo dependiente, neocolonial. Como un acto de rebeldía descolonizadora, la Filosofía de la Liberación observó en los pueblos dominados, excluidos de la civilización moderna —y, por lo tanto, de su pensamiento—, la oportunidad para desplegar un horizonte más amplio que el del mero eurocentrismo.
Partiendo de la historia mundial, Dussel sitúa el pensar filosófico desde la alteridad del Otro/a, la nada, el no-ser, “la viuda, el huérfano, el extranjero” (como los describe Hammurabi en su código de derecho babilónico) y el pobre, alteridad desde la cual puede efectuarse la crítica de todo sistema (económico, político, epistemológico, filosófico, de género, cultural, racial, etc.) que se cierra sobre sí mismo.
Dussel se inspira en sus autores preferidos (latinoamericanos y europeos, de Salazar Bondy o Freire a Sartre o Heidegger, pasando por Hinkelammert, Levinas, Zea, Ricoeur o Benjamin) y los subsume en un nuevo discurso descolonizador y crítico. El resultado no es sólo una nueva visión de la historia mundial, sino nuevas categorías filosóficas que se van afinando, precisando, al correr de los debates, de los años, de los lugares existenciales desde donde se piensa. La interpelación intercultural de los pueblos originarios va fortaleciendo las tesis originales de la Filosofía de la Liberación.