Un experimentado traductor de obras literarias universales a la variante del otomí que se habla en el valle del Mezquital, llamada hñähñu por sus hablantes, trabajó para producir una edición trilingüe de una versión infantil del Quijote, acompañada de los clásicos grabados del famoso Gustave Doré, iluminados por el artista Luciano Trigos, que se integran para enriquecer el idioma hñähñu con la narrativa de Miguel de Cervantes Saavedra, colocando la nueva traducción al lado de la versión castellana y otra en inglés, una tercer lengua para muchos otomíes.