Todo narrador es una suerte de camaleón, pues su oficio consiste en observar; mimetizarse y transformarse para hacer suya la realidad que recrea. Es el caso de esta hermosa y original novela de María Victoria García, quien ha escrito otras obras sobre los territorios fronterizos de Melilla - donde nació- y de Ceuta y, aunque haya vivido la mayoría de su vida en México, no ha querido sustraerse de su pasado, esa infancia y adolescencia que vivió en la España del norte de África donde fincó gran parte de su imaginario.
Transcurre en un espacio común entre España y Marruecos, dos civilizaciones, dos religiones, dos lenguas y un continuo enfrentamiento armado, político-social y religioso de hace ya siglos. Evoca ese mundo lejano y misterioso un tanto desconocido y desconcertante para el lector común y que, sin embargo, no sólo existió sino que todavía padecemos las consecuencias.
Es una novela histórica, épica, alegórica y lírica. Los hermanos, Mulay y Zhora, narran los avatares que sufrieron a principios del siglo XX, después de la Primera Guerra Mundial, por vivir en la región conflictiva de Yebala, norte de áfrica. No obstante, personajes, situaciones, invocaciones y ambientación parecen extraídos de un relato antiguo como El Corán o Las Mil y una noches: guerra, luchas intestinas, intrigas, amor, pasión, codicia, venganza, enfermedad y muerte, así como una serie de sugerentes trasmutaciones que impregnan de un halo mágico esta interesante historia.