En esta obra casi todo es nítidamente inmediato: sus poemas y relatos son un laboratorio o gabinete lleno de objetos cotidianos. Evoca la narración contemplativa de Cavafis, la intensidad de ver de Vallejo. Nunca he viajado rápido / pero he viajado, /mis huesos cambian de dolor / cada cien metros / y nadie sabe como yo qué es un kilómetro.