Nacido en Argentina, en una familia de clase media de ascendencia británica, la poesía de Héctor Viel Temperley (1933-1987) muestra la insólita mezcla de procedimientos radicales e intensidad interior. Sus libros, que se corresponden al silencio de los monjes benedictinos a los que Viel Temperley tanto admiró, son parcos: ocho en treinta años, incluido su genial Crawl (1982), el poema definitivo en el que, por medio de la técnica de nado, un ser puede acceder a las visiones divinas, en medio de un éxtasis después de comulgar. En 1986, Viel Temperley dejó su último trabajo y, quizá, la obra mística latinoamericana más importante del siglo XX: Hospital Británico. “El libro de un trepanado —dice el autor—. El que escribió ese poema no existe más. (…) Hospital Británico es algo que estaba en el aire. Yo no hice más que encantarlo. Hospital Británico me permite creer que me salí del mundo y no sé para qué”.