A lo largo de las conversaciones que conforman este libro, la voz del escritor, ya sea la del joven Pitol, autor de un puñado de cuentos, ya la del autor maduro y en pleno dominio de sus temas y recursos, se pasea a sus anchas por los territorios de la infancia, ciertas ciudades (Potrero, Xalapa, Venecia, Roma, Barcelona, Praga…) y por la basta biblioteca de autores que, ya traducidos por él, ya hallados a lo largo de su vida, junto con un puñado de obsesiones (el viaje, la novela moderna, la infancia recuperada, la pesadilla, Gogol, James, Faulkner, Conrad, Chéjov…) conforman el fascinante mundo del autor.