Dos compositores favoritos del público, Chaikovski y Puccini, mueren en plena etapa creativa. El primero fallece días después del estreno de su Sexta sinfonía (Patética), dando origen a versiones controvertidas sobre la causa del fallecimiento —¿cólera o suicido?—, dilema que aquí se trata de dilucidar. Puccini, a su vez, sobrevive a un grave accidente de automóvil, para morir en Bélgica años más tarde a causa de un cáncer de garganta, lejos de su tierra y de sus amigos, sin completar la escritura de su última ópera: Turandot.