Entre las grandes urbes y el pintoresquismo rural existe un conjunto de núcleos urbanos que parecen haberse instalado en tierra de nadie. Capitales de provincia que a menudo se esconden tras un rico legado histórico para no afrontar un futuro incierto. Víctimas del centralismo estatal, el desapego institucional y la desafección ciudadana, este entramado de ciudades que sostiene el mapa del país se encuentra más necesitado que nunca de atención y de política.
¿Sigue resultando una opción la ciudad mediana? ¿Podremos actualizar sus ropajes decimonónicos y construir entornos sostenibles tanto en lo social como en lo medioambiental? El autor recurre a su ciudad natal, a su memoria familiar y al arte y la arquitectura para adentrarse en esas capitales, en su urbanismo y su evolución. «No puedo desligar cualquier análisis de un lugar preciso ni de mi propia subjetividad: Cáceres, como ciudad periférica de una región también periférica. Un laboratorio perfecto para lanzar preguntas con alcance global».
Estas páginas, alejadas de lo académico, apuestan por un modelo de ciudad capaz de sacudirse la pereza intelectual, de superar la idea de cultura como mero reclamo turístico y detonante de operaciones inmobiliarias; por un ciudadano que imagine y construya sus propias narrativas. Que ser de provincias se convierta en un privilegiado puesto de observación, reflexión y acción. Una propuesta para vivir la descentralidad con el enorme capital que proporciona la provincia.