Se lee como un poema y como una narración. Libro eco personal y aun personalismo. Libro de maravillas y de terrores, sueños, historias interrumpidas, esperas y esperanzas angélicas. Libros de horas y de gracias y desgracias...Empieza sombríamente y poco a poco se va abriendo como un tulipán submarino y nocturno, deseado y deseante_ también [es] un libro misterioso, y como un librero donde están acomodados/desacomodados muchos otros libros que se van leyendo al lector al azar_".
Adolfo Castañón
Las semanas del jardín -expresión de claro resonar cervantino- reunirá en su alacena libros y obras de autores predominantemente americanos, aspira a acotar con su censo editorial un espacio de conversación, un ámbito de debate, un territorio de curiosidad y observación, vigilia crítica y amena pausa. En su reloj y calendario, Las semanas del jardín irán deslindando una suerte de arsenal de la imaginación en movimiento y de la palabra que se desdobla en juego y aventura como esta prosa hermosa y verdadera, terrible y real de Angelina Muñiz-Huberman. Cada volumen buscará responder a una afinidad elegida y electiva, a un acento cordial e inteligente entre el autor, el lector y el editor anfitrión que busca lección en el azar organizado en la letra como quien descubre que la metáfora es una obra de arte en miniatura