En Aplaca, Señor, tu ira Fernando Iwasaki se dedica a dilucidar la manera como el imaginario barroco de la Lima colonial del siglo XVII incluyó la idea de lo maravilloso, como condición fundamental para sostener el orden teológico y científico de la época, en dirección opuesta a los avances racionalistas de la ciencia europea. "Las ideas ficticias institucionalizadas" (teorías, disparates, supersticiones y terrores) son el basamento para expresar lo maravilloso y lo imaginario y así comprehender las formas de cognición y las prácticas sociales de esta Lima barroca y contrarreformista. El texto está construido a manera de "pequeña historia" que sirve para erosionar, pero también para complementar la "gran historia"; por ejemplo, los olores de Lima, los rezos de los curas sirven para comprender la forma como los pobladores de Lima percibían su época, Es decir, estudia acontecimientos cotidianos, marginales. Aparentemente insignificantes o banales, pero que, no obstante, expresan la cifra y el sentido de ese siglo barroco en el Perú.
El libro está compuesto por cuatro capítulos, el registro de la escritura oscila entre el ensayo y el artículo académico. El lenguaje posee densidad y texturas creativas sin perder rigor y exhaustividad en la investigación: esta conjunción poco frecuente ofrece al lector una lectura sugerente y rica. El autor adopta una perspectiva heterodoxa y se filia con una serie de autores que desde la historia de las mentalidades, la historia cultural y otras disciplinas han explorado a contracorriente o desde los márgenes fenómenos humanos complejos. Se pretende un manifiesto por la historia del imaginario colonial.