"Wide Screen está escrito con los bastones del ojo: mira con esas células que perciben todavía eso que ya no está propiamente en el campo focal, y ni siquiera en el campo de la luz, sino entrando ya a la sombra y lo difuso. Lo que allí vislumbra el poema tiene la fugaz evidencia de las estrellas que se ven con el rabillo del ojo; las que aparecen donde no se las espera; esas que, puestas en el centro de la mirada, se esfuman. De ahí su formato, su pantalla ancha. El poeta quiere que nuestros ojos, al leer, hagan el recorrido hasta los extremos y se asomen no sólo a los precipicios que los bordean sino a los que se abren, como grietas, en el centro de la mirada. Quiere conducirlos a los sitios, lejanos o íntimos, donde se acaba lo visible y donde acaso nace aquello que forma lo visible. No sabe ni dice qué cosas veremos nosotros ahí y acaso ni siquiera nos confiese lo que él mismo ha visto, pero adivina que en el trance algo se nos revelará. En cualquier caso, conoce y manipula al detalle las variables de su experimento. Y así, aunque alarga el verso hasta casi disolverlo, su oído no vacila nunca; aunque hace todo para difuminar las imágenes que nos presenta parte de unas cuantas escenas concretas, entresacadas de cinco películas de Jim Jarmusch.