Vivir la utopía es una reacción contra el olvido. Es una apuesta a la necesidad de saber y entender, de buscar identidad en la memoria cuando el paso del tiempo se ha empecinado en borrarla. Es la historia de un niño que se hizo hombre a fuerza de palazos, del entorno social y los destierros. Es también la de un libertario derrotado tras la culminación de la Guerra Civil española, que no fue un héroe, aunque sí pistolero en sus años mozos; un delincuente social y un antifascista probado. Ángel fue un español de a pie que, como miles, quiso cambiar al mundo. Sin fama ni alcurnia, era un simple camarada anarquista firme en sus convicciones.