La admiración de Genaro Estrada por la ciudad de México es palpable en su Visionario de la Nueva España (1921). Hay en estas postales un atisbo a sus tradiciones, sus juglarías, su arquitectura y sus monumentos. Homenajes que en sugerente prosa, llena de matices, reconstruyen el pasado mexicano mediante un criterio estético fincado en la palabra. La historia virreinal vuelve a cobrar valor por sí misma y corno espejo de nuestro tiempo, para entender el presente y proyectar el porvenir. Acompañado con una introducción de Víctor Díaz Arciniega, que ubica al autor, su tiempo y aportaciones hasta la actualidad.