“Antes de poder permanecer tres meses en la misma ropa, antes de dejar sobre sí la sal venir y formar una costra y no pensar en quitarla, antes de sostener entre las rodillas un jarro de agua verde y putrefacta, y retirar la suciedad con el dedo índice y beber el resto, antes de agarrarme el viento con las dos manos por encima de la borda mientras los delfines hacen piruetas y graznan, antes de coser a los enfermos y el saco esperando el fin, antes de tocarse los dientes y sentir el placer del nervio en acción, antes de seguir a uno que cae de los obenques (patarráez) al agua, y el golpe que eso produce, antes de gritar con el pretexto de que se ha visto la costa, antes de revolcarse en la hierba, antes de escupir directamente en nuestra escudilla, hay que construir con España algo así como un Colón con el dedo extendido descubriendo España (la nueva).”