Difuminada la imagen del demonio, diluidas las cacerías de brujas, desmoronado el viejo orden social, diversos autores rescataron para su literatura y para su tiempo, como sucede hoy, en un análogo rizo temporal, una nueva imagen de las oscuras fuerzas que atormentan al espíritu de la humanidad: el vampiro o la vampira, junto con su secreta alianza entre el amor y la muerte: una eternidad fatal que niega despojarse de dos altas pasiones: la seducción y el deseo, vistos ya como inútiles bienes. "La trilogía vampírica" que ha reunido Silvia Peláez es, en este sentido, una propuesta de tres distintas maneras de enfrentar el tema a través de diversos planteamientos dramáticos. Siempre ha habido y habrá vampiros. Son, a veces, como los imaginamos: como nosotros, pero también adoptan otras apariencias; por ello, la humanidad sigue siendo ante ellos un rebaño inerme.
Bernardo Ruiz