Titanic es el nombre de un barco construido por “el amor de los iguales” y que deja a uno de sus tripulantes en el abandono al estrellarse contra el hielo de la muerte. Mario Heredia sabe hasta “la hora a la que se apagaron las luces” y apareció una “mano abierta frente al navío”. Mientras que la sensualidad y la emoción salen a flote, todos somos llamados al naufragio.
Gustavo Iñiguez