Para Nadia Contreras, el erotismo es inherente al ser humano: animal e instintivo, pero también es imaginación, es escritura, y la suya surge del arrebato, de la emoción, de las batallas que a veces son las horas, la espera. Construir con palabras el cuerpo del deseo y develar su anatomía; el incendio en la alcoba, las formas de la mujer desnuda a mitad del lecho: inquietudes que ayudan a dar sentido al verso y a la prosa que conforman Solo Sentir. En su búsqueda no está sola: cuenta con la complicidad del dibujo de Elena Guerrero, quien traza la ruta para llegar al placer: estético, visual, poético y erótico.