Para nosotros nunca el embarazo fue impedimento de nada, más que de algunas posiciones a las que había que adaptarse. Siempre me sorprendió que las parejas tuvieran miedo de tener sexo durante el embarazo o que no encontraran atractivo hacerlo. Es un momento de mucha dulzura, de mucho amor, la panza le agrega un atractivo diferente a la mujer. La vuelve más cariñosa, más franelera, dice uno de los entrevistados que comparte su experiencia en este libro.